No Olvidarse De Lo Esencial

Jesús hablaba con parábolas. Decía cosas profundas para que cada uno sacase su conclusión. Y, siguiendo a Jesús, muchos son los que con sus “cuentitos” hacen pensar. A todos nos lo han contado alguna vez, y nos acodamos de ellos mucho más de lo que nos acordamos de los sermones. Yo ahora recuerdo uno…
 

Una pobre mujer, con un niño en los brazos, oyó una voz misteriosa al pasar por delante de una caverna:

Entra y toma todo lo que desees, aprovecha la oportunidad; pero no te olvides de lo esencial… Después que salgas la puesta se cerrará para siempre.”

La mujer se quedó deslumbrada al ver tanta riqueza dentro. Posó al niño en el suelo y comenzó a recoger adornos de oro y plata. Se oyó la voz misteriosa: “quedan tres minutos para que se cierre la puesta.”


La mujer apuró hasta el último segundo, y, con sus “tesoros” salió corriendo al punto que se cerraba la puerta. Recordó, entonces, que dentro había dejado al hijo. Sí, había sacado riquezas; pero se había olvidado de lo esencial.


Un cuento que se explica, pierde su sabor. Pero… tú y yo, la sociedad de hoy, tan rica de tantas cosas, ¿no se habrá olvidado de lo esencial?