Renuevame Por Dentro
A quien piensa que la vida del cristiano consista solamente en una serie de cumplimientos, en una oportunidad, el Papa Francisco recordó que, «ser cristiano significa dejarse renovar por Jesús en una nueva vida». Para ser un buen cristiano, «no es suficiente decir: “todos los domingos desde las 11 hasta el mediodía voy a misa, y hago esto y esto” como si fuese una colección. La vida cristiana no es un collage de cosas. Es una totalidad armoniosa, obra del Espíritu Santo. Renueva todo. Renueva nuestro corazón, nuestra vida y nos hace vivir en un estilo diverso», totalizador. «No se puede ser cristianos a trozos, “part time”. Ser cristianos part time no funciona», es necesario serlo «en la totalidad y a tiempo completo».
Ser cristiano «no significa hacer cosas. Significa dejarse renovar por el Espíritu Santo. Para usar las palabras de Jesús significa convertirse en vino nuevo. La novedad del Evangelio, es una novedad en la ley misma ínsita en la historia de la salvación». Y se trata de una novedad que va más allá de nuestras personas «y renueva las estructuras. Por ello Jesús dice: “para el vino nuevo son necesarios odres nuevos”. En la vida cristiana, y también en la vida de la Iglesia, existen estructuras caducas. Es necesario renovarlas. La Iglesia está siempre atenta al diálogo con las culturas» y busca renovarse para responder a las diversas exigencias señaladas por los lugares, tiempos y personas. Es un trabajo «que la Iglesia siempre ha hecho, desde el primer momento.
La Iglesia es libre. La conduce el Espíritu Santo. Es esto lo que Jesús nos enseña en el Evangelio: la libertad necesaria para encontrar siempre la novedad del Evangelio en nuestra vida y también en las estructuras. La libertad de elegir odres nuevos para esta novedad. El cristiano es un hombre o una mujer libre, con la libertad de Jesucristo. No es esclavo de costumbres ni de estructuras».
Señor, cambia la palabra de mi boca
en caricia, en comprensión, en buena noticia.
Cambia mis oídos llenos de ruidos y críticas
en una atención acogedora.
Cambia mis ojos curiosos
en una mirada misericordiosa y contemplativa.
Cambia mis manos activistas
en unas que acompañen y construyan vida.
Cambia mis pies veloces y estresados
en otros rápidos en busca del hermano
Cambia mi cabeza llena de agobios
en una sosegada y solidaria.
Cambia mi corazón distraído y frívolo
en uno que te busque, encuentre y disfrute.
Señor, envuélveme en tu amor,
renuévame por dentro.
M.P. Ayerra