Fe que trae paz
(Mateo 28; 20)
Lo que Jesús resucitado pidió a sus discípulos fue la fe. Es una fe que trae tranquilidad. "Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28; 20) " Si creen esto, no tendrán miedo.
Sin embargo, muchos discípulos que creyeron en esto, pronto fueron perseguidos y asesinados. Parece que el miedo se ha vuelto grande.
Pero Jesús hizo una clara distinción entre lo que debemos temer y lo que no hay que temer. "No tengáis miedo de aquellos que solo son capaces de matar vuestros cuerpos y no vuestra vida eterna. Más bien, temed a aquellos que pueden destruir tanto vuestro cuerpo y vuestra alma en la Gehenna" (Mateo 10; 8). Es decir, el pecado. Solo se debe temer el pecado que separa a los humanos de Dios.
Jesús prometió estar siempre a nuestro lado, para que las personas que sufran nunca se separen de Dios. Pero, no solamente está a nuestro lado, pues Jesús actúa constantemente dentro de nosotros para que podamos resolver el desastre con nuestras propias manos.
Jesús no nos prometió en ningún momento que no permitiría este Covid-19. Él permanece con nosotros, actuando a través de nosotros, para que nosotros podamos sacar con toda nuestra voluntad de vivir y la fuerza de la vida que disponemos, la paciencia, el amor y la sabiduría de nuestro interior. Él está dentro de nosotros y al lado de nosotros, para que podamos solucionar con nuestros esfuerzos el problema del virus, quedándonos en casa, pacientes, ayudándonos y compartiendo lo que tenemos con amor, y sacando toda nuestra inteligencia y voluntad.
En otras palabras, si estás con Jesús, puedes ser fiel a Dios y usar tu amor, paciencia y sabiduría para vencer la amenaza del corona virus. Esta es la fe que Jesús desea fuertemente.
La fe no se trata solo de reconocer palabras. La verdadera fe significa aceptar las palabras de Jesús que está con nosotros y ponerlas en práctica.
Si cree de esta manera, no hay nada que temer y se sentirá tranquilo.
J. Garralda