Aprovechemos el mes de María

 

Busquemos un momento para nuestra oración personal

Leamos el relato de la Anunciación, contemplando la fe de María. (Lc. 1, 26-38) y preguntémonos:


¿Soy, como María, una persona de oración que me dejo el tiempo para buscar la voluntad de Dios?

¿Tengo la libertad y disponibilidad de María para asumir nuevas misiones, por difíciles que sean?

¿Estoy al servicio de Dios o tengo a Dios a mi servicio?

Terminar con esta oración a la Virgen:

Virgen y Madre María,
tú que, movida por el Espíritu,
acogiste al Verbo de la vida
en la profundidad de tu humilde fe,
totalmente entregada al Eterno,
ayúdanos a decir nuestro “si”
ante la urgencia, más imperiosa que nunca,
de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús”

Papa Francisco en “Evangelii Gaudium” n. 288