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¿Sabes Cómo Llamarle?

 

Las cosas tienen muchas definiciones: las que ponen en los diccionarios, las de uso corriente y las que dicta el corazón. Por ejemplo:

 

¿Sabes qué es eso de caer y volver a levantarse, de fracasar y volver a comenzar, de seguir un camino y tener que torcerlo, de encontrar el dolor y tener que afrontarlo? A eso unos le llaman adversidad, pero habría que llamarles Sabiduría.

¿Sabes cómo se llama a eso de sentir la mano de Dios y saberte impotente, de fijarte una meta y tener que seguir otra, de huir de una prueba y tener que encararla, de planear un vuelo y tener que recortarlo, de aspirar y no poder, de querer y no saber, de avanzar y no llegar? No, a eso no se llama castigo, se le llama Enseñanza.

¿Y a eso de pasar días juntos radiantes, días felices y días tristes, días de soledad y días de compañía, días sin sol y con trabajo, días y días iguales? A eso no es bueno llamarlo rutina, es mucho mejor llamarlo Experiencia.

¿A eso, de que tus ojos miren y tus oídos oigan, y tu cerebro funcione y tus manos trabajen, y tu alma irradie y tu sensibilidad sienta, y tu corazón ame, que tus pies anden y que tus manos den y esperen? A eso muchos le llaman poder humano, pero no hay duda de que su mejor nombre es Milagro

 

 

 

 
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