Una pequeña historia para reflexionar

 

 

Una niña de tres o cuatro años solía acompañar a su madre a la misa. Cuando la madre volvía de comulgar y se quedaba de rodilla en el banco, la niña se le acercaba y le daba un beso.

Los primeros días la madre no le dio importancia, pero como era algo que se repetía cada vez que asistían juntas a la misa, la madre extrañada, le pregunta a la niña:

¿Por qué cuando vengo de comulgar siempre me das un beso?

A lo que la niña respondió:

No es para ti, es para Jesús que traes dentro…

Después de leer esta pequeña historia y ver como esa pequeña niña logró ver a Jesús dentro de su Madre, creo que podemos reflexionar en lo siguiente: ¡Cuántas cosas cambiarían si, como la niña, viéramos a Jesús, que está dentro de la gente que nos rodea!