El Encuentro Con Dios No Es El Fin, Sino El Resultado.

Lo que habéis hecho por el menor de mis hijos, me lo hicisteis a mí”, dice Jesús. El que sirve a las personas, sirve a Jesús y se encuentra con Jesús.

Pero, no servimos a las personas con el fin de encontrarnos con Jesús. El fin es esa persona a la que estás sirviendo y el encuentro con Jesús a través de esa persona, es el resultado.

 

Hay una historia en la que se cuenta que Dimitri, un hombre devoto, tenía cita con Dios al mediodía, pero como ayudó por el camino a un campesino, llegó tarde a la cita. En realidad, Dimitri ya se había encontrado con Dios al ayudar a aquel campesino.

El encuentro con Dios es comparable a buscar la felicidad. La felicidad es como una mariposa. Cuando tratas de cogerla, se escapa, pero si la estás observando sin moverte, viene a posarse en tu hombro.

Por eso, si en vez de tratar de buscar la felicidad en sí, pedimos lo que desea el corazón y llena el corazón, como resultado, la felicidad se posará en nuestros hombros sin que nos demos cuenta. Si deseamos que se salve aunque sea una sola persona, como resultado, nos encontraremos de forma inesperada con Jesús y podremos sentir la ternura de Dios que nos envuelve constantemente.

 

 

J. Garralda 
Traducido del original en japonés