El Don de Dios

 

 

En un examen de religión, a la pregunta "Efectos de la Gracia Santificante", un chaval de dieciséis años contesto así:

 

“La Gracia Santificante tiene muchos efectos sobre nosotros y todos buenos. Pero los tres mayores son los que hacen posibles las tres mayores cosas que puede conseguir el hombre:

 

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Para poder participar de la felicidad de Dios, ha tenido que transformarnos. De simples hombres nos hace hijos suyos: “Participantes de la naturaleza divina”.

Los padres dan a sus hijos lo que ellos tienen. Pero no pueden darles lo que no son. El padre puede ser un gran artista, pero el hijo no hereda, necesariamente, la cualidad paterna.

Dios nos da, no solo lo que tiene; nos da lo que Él es: La Santidad.

La Santidad cristiana no es un logro del hombre, mediante una técnica o ascesis adecuada. En las religiones orientales se entiende así la perfección del hombre: El desarrollo pleno de sus posibilidades naturales.

Para el cristiano, la santidad es una donación divina, una nueva creación:

Si conocieras el Don de Dios…” (Jn4,10)