Dos Caminos

El camino del mundo

 

El mal espíritu trata de engañarnos y nos presenta un programa en el que el ideal consiste en el TENER, BRILLAR Y PODER.

Con estas armas todas las puertas se abren, todo son alabanzas y honores. Es el vano honor del mundo. Una persona así, fácilmente llega a la vanidad y a mas ansia de poder, para pasar de ahí a la soberbia, a la autosuficiencia, a endiosarse y despreciar a los demás. Es así como nos va enredando poco a poco el mal espíritu, muchas veces imperceptible pero sutilmente.

Es el camino del egoísmo.

 

El camino de Jesús

Es muy distinto y totalmente opuesto. El eligió la vida pobre, humilde, sencilla, de abajamiento. Dijo una vez Jesús “Bienaventurados los pobres porque de ellos es el reino de los cielos”. No buscó honores ni alabanzas; por el contrario, sufrió persecución, humillaciones y desprecio. Al igual que la Virgen María, este camino de pobreza y sencillez le hizo verdaderamente humilde, y lo que es más importante, nos enseñó, viviéndolo, el camino del amor. En resumen: el camino de Jesús es: pobreza contra riqueza; menosprecio contra honor mundano y humildad contra soberbia.

De ahí siguen las demás virtudes.

 

Dame, Señor, la luz para distinguir el camino del mundo y fuerzas para seguir el tuyo apartándome del camino del mundo.

 

 

(Del itinerario de iniciación y profundización en la experiencia de Dios, espiritualidad de San Ignacio)