Marta Y Maria, Una Lección De Vida

Marta y María no son dos polos opuestos, sino dos actitudes de vida. El relato de estas dos hermanas vino a completar la parábola del domingo pasado, la del buen samaritano. El evangelio de hoy no quiere restar ni una pizca a aquella actitud de fe hecha vida, de amor llevado a la práctica. La figura de María quiere subrayar otra actitud necesaria y complementaria de la del buen samaritano, que aquí está representado por Marta.

 

No pretende Jesús dar prioridad a la vida contemplativa sobre la vida activa. Marta y María no son dos símbolos conflictivos y excluyentes, sino dos modelos de vida cristiana que es preciso coordinar e integrar. Hay que saber escuchar quieta y sosegadamente la Palabra y hay que servir solícitamente a los demás. “Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica” (Lc 11:28). Toda acción que no sale del corazón enamorado de los hechos de Dios, es tan leve como toda oración que no sabe actuar por el bien de los hermanos.


Marta con el trajín, había perdido la libertad de su corazón y esa libertad es la mejor parte. Eso lo que Jesús nos enseña…