Primer Domingo De Adviento

1 de diciembre de 2019

TEXTOS BIBLICOS PARA LA LITURGIA EUCARÍSTICA

Vigilancia como espera y como construcción de un mundo como Dios quiere. El profeta no espera la salvación de los hombres: invita al pueblo a que camine a la luz del Señor para preparar la venida del Señor. Quien camina por este camino está llamado a una vida bajo un prisma nuevo.

 

ORACION

Oh Dios, Padre nuestro que estás siempre con quien espera y busca la salvación, al comienzo del Adviento, ilumina con tu luz nuestros corazones para que, en un mundo en que no cesan las luchas y confrontaciones, sepamos caminar poniendo nuestra confianza en la luz de Cristo.  Por Jesucristo nuestro Señor. Amen 

 

PRIMERA LECTURAIs 2:1-5

Al comienzo del Adviento, la Iglesia, como Isaías, nos invita a ver la vida con esperanza: algún día se hará realidad el deseo de justicia, de paz y de amor que Dios ha sembrado en el corazón humano.

 

SALMO RESPONSORIAL: Sal 122:12, 3-4, 8-9

R/ QUE ALEGRIA CUANDOO ME DIJERON: “VAMOS A LA CASA DEL SEÑOR”

 

1.     ¡Qué alegría cuando me dijeron: 
«Vamos a la Casa del Señor!»
Nuestros pies ya están pisando 
tus umbrales, Jerusalén.
Allí suben las tribus, 
las tribus del Señor. /R

 

2.     -según es norma en Israel- 
para celebrar el nombre del Señor.
Porque allí está el trono de la justicia, 
el trono de la casa de David.
Auguren la paz a Jerusalén: 
“¡Vivan seguros los que te aman!.  /R

 

3.     ¡Haya paz en tus muros 
y seguridad en tus palacios!”.
Por amor a mis hermanos y amigos, 
diré: “La paz esté contigo”.
Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios, 
buscaré tu felicidad. /R

 

SEGUNDA LECTURA: Rm 13:11-14

La salvación está cerca nuestro si es que realmente la deseamos. El Adviento es una llamada a estar, a caminar por la senda del Reino. Pablo lo dice: es hora de espabilarse, de revestirse de las virtudes de Cristo: de ¡ser cristianos, de vivir según las obras de la luz!

 

ACLAMACION DEL EVANGELIO Sal 85:8

Aleluya, aleluya Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Aleluya.

 

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: Mt 24, 37-44

Estar alerta es quizás la única condición necesaria para recibir al Señor. Estar alerta es estar a la espera de la gracia de Dios. Es mantener viva la esperanza en medio de todas las dificultades de la vida.

 

Tema: ¡Estad Preparados!

      Hay personas que viven toda la vida en el mismo lugar, en la misma ciudad. A veces ni siquiera salen del barrio. No es así la vida del cristiano. Nosotros sabemos que estamos de paso. Hemos puesto nuestras tiendas aquí por un momento, pero llegará otro momento en el que tendremos que partir. ¿Cuándo? Cuando venga el Señor. Y, ¿cuándo va a ser eso? Pues no lo sabemos. Pero sabemos que debemos estar siempre preparados porque en cualquier momento llegará el Señor a nuestras vidas. Justo entonces debemos saber acogerle y seguirle a donde nos invite a ir. Este es el significado del Adviento que hoy comenzamos. Nos preparamos para celebrar la venida del Señor en la Navidad, pero también nos preparamos para la otra venida, la futura, la definitiva, la que no nos podemos perder porque perderíamos la oportunidad de nuestra vida. 

      El Evangelio nos dice que la venida del Señor romperá todas las actividades habituales, aquello en lo que se nos van ordinariamente los días. Se dejará de hacer pan, de cultivar los campos, de ir al trabajo, de casarse. Porque ese día empezará algo radicalmente nuevo. Algo tan nuevo que es posible que sigamos haciendo pan y cultivando los campos y yendo al trabajo, pero todo tendrá un sentido nuevo y diferente porque el Señor estará en medio de nosotros. Su presencia curará nuestras heridas y hará que la justicia y la paz reinen entre las personas y los pueblos. Su presencia hará que nuestra vida sea diferente. Por eso, hay que estar atentos. No podemos dejar que la presencia del Señor nos encuentre despistados o sin preparar adecuadamente. 

      Es tiempo de hacer caso a lo que nos dice san Pablo en la carta a los Romanos. Ya es hora de despertarse porque la salvación está cerca. No sabemos cómo, dónde ni cuándo vendrá Jesús, pero sí sabemos que tenemos que estar preparados. Y para estar preparados, él nos da los mejores consejos: vamos a dejar de lado las obras de la oscuridad, las veces en que nos dejamos llevar por la envidia, la codicia y el desamor. Vamos a vivir como si Jesús ya estuviera aquí, que no hay mejor forma de estar preparados. Se trata de vivir a la luz del Evangelio, dejándonos llevar por el amor de Dios que cuida de sus hijos, de su familia, de nosotros. Volvamos los ojos hacia aquellos con los que vivimos. Con ellos, nunca sin ellos ni contra ellos, es como construiremos la solidaridad y la justicia que harán que nuestro Señor nos encuentre preparados cuando llegue. 

 

 

Para la reflexión

      Si el Señor llegase hoy a mi casa, ¿estoy ya preparado para su venida? ¿Qué cosas tendría que quitar de mi vida? ¿Qué cosas tendría que mejorar en mi vida? ¿Qué habría que hacer en mi vida de familia, en mi relación con los amigos y en el trabajo? ¿Hay ahí cosas que cambiar o mejorar?