Duodecimo Domingo Del Tiempo Ordinario

 

21 de junio de 2020

TEXTOS BIBLICOS PARA LA LITURGIA EUCARÍSTICA

La vida está llena de contratiempos y temores; también la del cristiano. Pero es Jesús quien nos dice: “no temáis”. Es la fuerza de estas palabras la que anima al profeta en su misión nada fácil, y es la confianza y la esperanza en ellas las que dan fuerza a la nueva humanidad inaugurada por Cristo.

 

 

ORACION

Oh Dios, que cuidas hasta del más pequeño de los pájaros, sin olvido y con cariño, tu nos guardas y proteges a cada uno de nosotros. Te pedimos que, venciendo toda ansiedad e incertidumbre, crezcamos en confianza hacia ti. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen

PRIMERA LECTURA: Jer 20:10-13

El profeta Jeremías, que tantas persecuciones debió soportar por cumplir su misión, nos recuerda que nunca debemos dejar de hacer lo que es justo por miedo a la crítica de los demás. Dios es la fuerza y la protección de la persona que hace el bien.

 

SALMO RESPONSORIAL: Sal 69:14,17-18, 34-35

R/ QUE ME ESCUCHE TU GRAN BONDAD, SEÑOR

  1. Por ti fue que soporte el insulto,
    Y la vergüenza me cubrió la cara;
    Me volví como en extraño a mis hermanos,
    Un desconocido para los hijos de mi madre.
    El celo por tu casa me devora,
    Los insultos de los que te insultan recaen sobre mí. /R
     
  2. Pero a ti, ah Dios, sube mi oración,
    Sea ese el día de tu favor.
    Según tu gran bondad, oh Dios,
    Respóndeme, sálvame tu que eres fiel.
    Respóndeme, Señor, pues tu amor es bondad,
    Vuélvete hacia mí por tu gran misericordia. /R
     
  3. Vean esto, los humildes, y regocíjense.
    ¡Reanímense, los que buscan al Señor!
    Pues el Señor escucha a los pobres,
    No desdeña a los suyos prisioneros.
    Que lo aclamen los cielos y la tierra,
    Los mares y cuanto bulle en su interior. /R


SEGUNDA LECTURA: Rm 5:12-15

El mal reinante en la sociedad nos influye y nos impulsa a hacer el mal. San Pablo nos recuerda que, a pesar de nuestra debilidad, debemos buscar siempre la gracia de Dios que es más fuerte que el pecado y que nos hace capaces de vivir hijos de Dios en medio de este mundo.

ACLAMACION DEL EVANGELIO Jn 15:26,27

Aleluya, aleluya. El Espíritu de la Verdad dará testimonio de mí, dice el Señor, y también vosotros daréis testimonio. Aleluya

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO Mt 10:26-33

“No tengáis miedo” Jesús no se cansa de repetir este cariñoso consejo a sus seguidores. Ni las críticas de la gente, ni las persecuciones, ni los problemas son más poderosos que es deseo que Dios tiene de salvarnos.

TEMA: “NO TENGÁIS MIEDO”

Titulo esta homilía con esa frase “no tengáis miedo”, recordando una parábola japonesa que dice: un hombre se quedó colgando de la rama de un arbusto que, providencialmente, crecía a media altura de un acantilado. No era posible escalar hacia arriba, ya que le acechaba un tigre feroz. Mirando hacia abajo, el precipicio era mortal, ya que en el fondo estaba plagado de serpientes venenosas. En esta situación, aquel hombre se acordó de Dios y rezó: - ¡Ayúdame, Dios mío!


Y la historia dice que oyó una voz, que hizo eco en el abismo:

Está bien, hijo mío. Yo te ayudaré, pero antes suelta la rama”

¿Soltar la rama?...
No es tarea fácil. Normalmente preferimos las ramas que nos brindan un seguro relativo, más que la certeza absoluta de la fe. ¿Llamamos a Dios por fe y confianza en Él, o por el miedo que nos asusta?
Jesús, en el evangelio de este domingo nos dice que no tengamos miedo a los que matan el cuerpo, a los que nos persiguen y desprecian; que seamos cristianos valientes, confiados en Dios Padre que nos ama, que salgamos a la calle afirmando nuestros principios cristianos.


Así lo hizo Jeremías, como dice la primera lectura, quien frente a los muchos enemigos que le perseguían, él afirmaba confiado: “el Señor está conmigo”.


Y en la segunda lectura, San Pablo también nos anima a confiar en Dios, pues, aunque por un hombre entró la muerte en el mundo, por otro hombre que es Jesús se nos ha dado la redención, el don de Dios Hijo.


Jesús en el evangelio llega a decirnos que hasta el número de nuestros cabellos está contado, que Dios nos ama y protege más que a los gorriones.


Esto nos resulta fácil cuando tenemos experiencias gozosas, de triunfo. Pero nos resulta difícil cuando nos enfrentamos con problemas de todo tipo. Es entonces cuando debemos confiar más en Jesús, “soltar las ramas” ...los miedos terrenos que nos paralizan, nos achican, nos quitan vigor y alegría. Vivamos en el día de hoy, sin mirar al día pasado, acogidos en el perdón y amor del Padre; sin mirar al día futuro que aún no ha venido, que está en manos del Padre. Vivir el HOY solo con fe y confianza, con amor, coraje, alegría vital.


San Juan Crisóstomo (354-407), Patriarca de Antioquía y Padre de la Iglesia dijo en una homilía;

¡No tengáis miedo!


Crecen las corrientes de agua y las tempestades retumban, pero nosotros no tememos ser engullidos por ellas. Estamos firmemente fundamentados en la roca. Que el mar se embravezca, no quebrará la roca; que las corrientes salgan de su lecho, no pueden tragar la barca de Jesús. ¿Qué temeremos? Decidme. ¿La muerte? Mi vida es Cristo, y morir, una ganancia. ¿El exilio? Del Señor es la tierra y cuanto la habita. ¿La confiscación de los bienes? Nada hemos traído al mundo y nada podremos llevarnos de él. Me río de todo lo que puede infundir miedo en este mundo. Sus bienes me causan risa. No temo la pobreza, no deseo la riqueza. No tengo miedo a la muerte...El Señor me ha dado unas prendas, unos dones. Entonces ¿es por mis propias fuerzas por lo que me fío de él? Tengo en mis manos su escrito: este es mi punto de apoyo, aquí radica mi seguridad, este es mi puerto de salvación. Aunque el universo entero se ponga a temblar, yo tengo este escrito, lo releo, es la muralla de mi amparo, es mi garantía. ¿Qué me indica? Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Si Cristo está conmigo, ¿qué temeré? Que se acerquen las oleadas del mar y la cólera de los poderosos: todo esto no pesa más que una tela de araña.”


Santa Teresa de Jesús (1515-1582) lo canta en su célebre poesía:

Nada te turbe
nada te espante
todo se pasa
Dios no se muda
la paciencia
todo lo alcanza
quien a Dios tiene
nada le falta
solo Dios basta.

 

j.v.c.