Decimotercer Domingo Del Tiempo Ordinario

 

28 de junio de 2020

TEXTOS BIBLICOS PARA LA LITURGIA EUCARÍSTICA

El sacramento del Bautismo nos invita a luchar para morir al pecado y vivir en Cristo. Pero nuestra lucha por hacer una sociedad más cristiana nunca se queda sin recompensa: la escena del profeta Eliseo es un signo de lo que podemos esperar de Dios a través de los demás.

 

Oh Dios, que conoces bien qué es lo que el hombre busca y necesita, danos fuerza para seguir buscando la forma auténtica de vid, y que tras la invitación de Cristo: “el que quiera seguirme que cargue con su cruz”, encontremos la verdadera luz que nos guíe. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen

 

PRIMERA LECTURA: 2 R 4:8-11, 14-16

Dios nunca se deja ganar en generosidad. Una pequeña obra buena de nuestra parte será siempre oportunidad para recibir la gracia de Dios, que supera todo lo que podemos pensar.

 

SALMO RESPONSORIAL: Sal 89:2-3, 16-17, 18-19

R/ CANTARE ETERNAMENTE LAS MISERICORDIAS DEL SEÑOR

  1. Cantaré eternamente el amor del Señor, 

    proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.

    Porque tú has dicho: 
«Mi amor se mantendrá eternamente. /R
     
  2. 
mi fidelidad está afianzada en el cielo.»

    ¡Feliz el pueblo que sabe aclamarte! 

    Ellos caminarán a la luz de tu rostro;

    se alegrarán sin cesar en tu Nombre. /R
     
  3. Serán exaltados a causa de tu justicia.
    
Porque tú eres su gloria y su fuerza;
    
con tu favor, acrecientas nuestro poder.
Sí,
    el Señor es nuestro escudo. /R

 

 

SEGUNDA LECTURA: Rm 6:3-4, 8-11

Pablo nos recuerda que el bautismo nos hace hombres y mujeres nuevos. Gente que se esfuerza por pensar y por vivir como Jesús.

 

ACLAMACION DEL EVANGELIO 1P 2:9

Aleluya, aleluya. Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de las tinieblas y entrar en su luz maravillosa. Aleluya

 

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO Mt 10:37-42

Jesús nos recuerda que Dios mismo es la recompensa de los que lo siguen. Quien busque otra recompensa fuera de Dios no puede ser discípulo del Señor.

 

 

TEMA: “Acoger al hermano es acoger a Jesús”

Las palabras de Jesús en el Evangelio nos dan la razón profunda por la que la hospitalidad se convierte para el cristiano en algo más que una norma o una tradición. Jesús nos dice que recibir al que se acerca a nosotros, abrirle nuestra casa y nuestra amistad es como recibirle a él. Esa es la clave. Jesús mismo es el que pasa por delante de nuestra puerta y de nuestra vida. Jesús es el que nos llama y nos pide albergue.

En nuestro mundo, sin embargo, la hospitalidad se va perdiendo. A los otros, a los desconocidos, que son la inmensa mayoría, los vemos, casi por principio, como una amenaza para nuestra tranquilidad, para nuestra paz. Los periódicos están llenos de noticias de asesinatos, robos y otras fechorías. La televisión nos trae también casi a diario imágenes preocupantes. Todo contribuye a crear un ambiente en el que nos parece lo más natural desconfiar del desconocido que se nos acerca. Valoramos mucho, quizá demasiado, nuestra seguridad, nuestra paz, nuestras cosas. Terminamos comprando armas y alarmas para protegernos y poniendo vallas alrededor de nuestras casas. Las naciones hacen lo mismo. Se refuerzan las fronteras y los ejércitos se arman hasta los dientes. No nos damos cuenta de que en el fondo así no hacemos más que poner de manifiesto nuestra propia inseguridad y lo que hacemos, en el fondo, es provocar más violencia. De alguna manera, nos parecemos a los animales que atacan porque tienen miedo. 

      Jesús nos invita a no vivir tan centrados en nosotros mismos. Eso es lo que quiere decir cuando habla de que debemos “perder nuestra vida”. Jesús nos pide que dejemos de mirarnos a la punta de nuestra nariz, a nuestros problemas y abramos la mano al vecino, aunque piense diferente, sea de otra raza, lengua o religión. Nos encontraremos con una persona, con parecidos problemas a los nuestros, y descubriremos que juntos podemos ser más felices que separados por barreras y armas. Pero hay algo más. Desde nuestra fe, sabemos que ése que tenemos enfrente, por amenazador que parezca, es nuestro hermano. Es Cristo mismo. ¿Le esperaremos con un arma en la mano?

 

TODO VA A IR BIEN (Luis Guitarra)

Mientras haya un horizonte en esta tierra,
mientras no pierdas las ganas de reír,
mientras brille en nuestro cielo alguna estrella,
no te rindas, no te canses de vivir.
 
Mientras haya quien denuncie en las aceras
la injusticia, las promesas sin cumplir...
Mientras quede algún peldaño en tu escalera
no te pares, no lo dejes sin subir.
 
Mientras siga amaneciendo en cada aldea,
mientras falte una canción por escribir,
mientras sepas que aún te merece la pena
no te calles, no te quedes sin decir...
 
Hay ventanas en mitad de mi ciudad,
hay palabras en el aire que nos hacen confiar.
Y certezas que nos dan la libertad,
que nos hablan de utopías, que contagian valentía,
que nos muestran un camino por andar.
 
Todo va a ir bien...
De algún modo sé que todo va a ir bien.