Decimoséptimo Domingo Del Tiempo Ordinario

 

25 de Julio de 2021

 

Compartir, participar, hacer realizar que el hombre no es una isla. El pan compartido sacia el hambre de la gente. Cristo es el pan partido y compartido en la mesa del mundo, creando solidaridad y unidad entre los hombres. La misión de todo hombre, en especial del que quiere vivir la enseñanza de Jesús, es compartir en hermandad.

 

ORACIÓN COLECTA

Oh Dios, fuente de salvación y que miras con ojos amorosos a cuantos de verdad buscan, te pedimos que quienes hoy nos juntamos y escuchamos tu palabra salvadora, gustemos profundamente la alegría de estar llenos de tu vida. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA: 2 R 4:42-44

La primera lectura nos recuerda que nuestro trabajo principal en la vida es poner lo poco o mucho que tenemos al servicio de nuestros hermanos. Dios puede hacer milagros por medio de los que confían en Él.

 

SALMO RESPONSORIAL
R/ ABRES TÚ LA MANO, SEÑOR, Y SACIAS DE FAVORES A TODO VIVIENTE.

Te den gracias, Señor, todas tus obras;
te bendigan tus amigos,
que hablen de la gloria de tu reino,
y anuncien tus hazañas.

Los ojos de todos de ti esperan
que le des a su tiempo su alimento.
Tú sólo abres tu mano, y satisfaces
de lo que quiera a todo ser viviente.

Justo es el Señor en todos sus caminos
y bondadosos en todas sus obras.
Cerca está el Señor de los que le invocan,
de todos los que lo invocan de verdad.


SEGUNDA LECTURA: Ef 4:1-6

El apóstol Pablo, prisionero en Roma, nos exhorta a vivir de acuerdo con nuestra vocación; vocación a vivir el Amor y conducir a todas las personas hacia Dios.

 

ALELUYA: Lc 7:6

Aleluya, aleluya.
Un gran Profeta ha surgido entre nosotros, Dios ha visitado a su pueblo.
Aleluya.


EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: Jn 6:1-15

El milagro de la multiplicación de los panes proclama que Jesús es el Mesías. Jesús es aquel que puede colmar el hambre del corazón humano.

 

 

 

 

La Buena Semilla Compartida

 

En cierta ocasión un periodista preguntó a un agricultor cual era el secreto para que todos los años ganara él el concurso de producción de maíz. El agricultor confesó que se debía a que compartía su buena semilla con los vecinos. “Verá usted, señor, -dijo el agricultor-, el viento lleva el polen de un campo a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría la calidad del mío. Si voy a sembrar un buen maíz, debo ayudar a que mi vecino también lo haga”.

Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien. Quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad; el bienestar de cada uno se halla unido al bienestar de todos.

 

 

 

(Hoja dominical del día)