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Semana Santa 2024

Domingo de Pentecostés

20 de mayo de 2018

TEXTOS BIBLICOS PARA LA LITURGIA EUCARÍSTICA

El Espíritu está presente en los comienzos de la actividad misionera de la Iglesia y comunica sus frutos destruyendo las obras de la carne para que demos testimonio de Cristo. El Espíritu es el alma de la Iglesia y del cristiano.

 

ORACION

Oh Dios, que por tu misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia extendida por todas las naciones, derrama los dones de tu Espíritu sobre todos los confines de la tierra y no dejes de realizar hoy, en el corazón de tus fieles, aquellas mismas maravillas que obraste en los comienzos de la predicación evangélica. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén

PRIMERA LECTURA: Hch 2:1-11

La comunidad reunida recibe el don del Espíritu que rompe fronteras de pueblos, razas y lenguas. Cada domingo nuestra comunidad se reúne para hacer realidad esta misma fuerza del Espíritu.

SALMO RESPONSORIAL: Sal 104:1 y 24, 29-30

R/ ENVÍA TU ESPÍRITU, SEÑOR Y REPUEBLA LA FAZ DE LA TIERRA. ALELUYA

  1. ¡Bendice al Señor, alma mía!
    ¡Eres muy grande, oh Señor, mi Dios,
    ¡Señor, qué numerosas son tus obras!
    Todas las has hecho con sabiduría. R/
     
  2. Si escondes tu cara, quedan anonadados,
    Recoges su espíritu, expiran
    Y retornan a su polvo.
    Si envías tu espíritu, son creados
    y así renuevas la faz de la tierra. R/
     
  3. ¡Que la gloria del Señor dure por siempre
    Y en sus obras el Señor se regocije!
    Ojalá que le agrade mi poema,
    Yo, como sea, me alegro en el Señor. R/


SEGUNDA LECTURA: Ga 5:16-25

El espíritu santo es la única voz en la que siempre podemos confiar; es la voz de nuestro Padre que siempre desea lo mejor para nosotros; es la voz del Buen Pastor que siempre nos conduce por el camino recto.


Aclamación al Evangelio 

Aleluya, Aleluya. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor. Aleluya. 


EVANGELIO SEGÚN JUAN Jn 15:26-27; 16:12-15

El apóstol no trabaja solo; el Espíritu lo guía y lo acompaña para que dé testimonio eficaz de Cristo.

 

20 de mayo: Pentecostés

Tema: Los Símbolos Y Dones Del Espíritu Santo

  Celebramos la fiesta de Pentecostés o del “Paráclito”, como le llama S. Juan en su Evangelio, palabra que viene del griego: “paracaleo” que quiere decir: “para”: (que significa: “con fuerza”) y “kaleo” (que quiere decir: “llamar”). Pero está en participio pasivo: “klito”: o sea “es llamado”...Por lo tanto, el Espíritu Santo es el “llamado con fuerza”: el “Abogado defensor”, el que nos anima y consuela siempre. Y también en sentido activo: el que nos llama y espolea a una vida más fiel y fervorosa a todas horas, mediante esa voz de “la conciencia”, que es la voz del “buen ángel” (como dice S. Ignacio en sus “Ejercicios”) y mejor la “voz interna del Espíritu” que nos inspira...

  Me acuerdo de una historia del dramaturgo francés Jean Cocteau (1889-1963), al que le preguntaron: “si en el Museo del Louvre se declarase un incendio, ¿a qué obra sobre todo salvaría Usted: a la “Mona Lisa” de Leonardo da Vinci o a qué otra”?... Y Cocteau respondió: “salvaría al fuego”.

  Muy bien dicho, porque “el fuego” es la inspiración que animó a Da Vinci y a tantos otros a pintar sus grandes cuadros de pintura. Y si no hay inspiración, no habrá más obras maestras. 

  Y bien: ¿cuáles son los símbolos del Espíritu Santo además del “fuego”. La Biblia nos habla: de la “columna de fuego” que guiaba al Pueblo elegido de noche en su camino por el desierto; de la “nube” que se posaba sobre la Tienda del Tabernáculo; del “agua viva” que Jesús prometió a la Samaritana; 

Del “viento” tempestuoso que abría ventanas en el Cenáculo de la última Cena; de la “paloma” que se posó sobre Jesús el día de su bautismo. En total “siete” símbolos, a cual mejor. Yo me quedo con el del “fuego”...

  Y ¿Cuáles son los dones del Espíritu Santo? Nos los recuerda S. Pablo en su carta a los Gálatas 5, 22-23: “amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí”. 

  Hoy vamos a pedir esos dones, sobre todo el que más nos hace falta...El Espíritu Santo da paz en el llanto, sacia, lava, riega, sana, doma, encamina...Es un “aliento de universalidad”, es el “anti-Babel” que en vez de la incomprensión y confusión, hace que todas las lenguas se entiendan en la comprensión mútua, en el aceptar y dejarse aceptar entre los hermanos. 

  Ese es el Espíritu que nos promete Jesús en el Evangelio. 

  San Bruno de Segni (1047-1123) en su “Comentario del Éxodo” dice:

          Del Pentecostés judío al Pentecostés cristiano

  El monte Sinaí es símbolo del monte Sión. Fijaos hasta qué punto las dos alianzas son el eco la una de la otra. El Señor bajó, tanto sobre el monte Sión como sobre el monte Sinaí, el mismo día y de modo semejante. Lucas ha escrito: De pronto vino un ruido del cielo, como de un viento recio. Los apóstoles vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Sí, aquí y allí el ruido de un viento recio se dejó oír, un fuego se dejó ver. Pero en el Sinaí era una nube espesa; sobre el monte Sión, el esplendor de una luz muy brillante. En el primer caso se trataba de la sombra y la figura; en el segundo de la realidad. 

  El fuego del Espíritu Santo manifestaba su presencia en el corazón de los apóstoles. ¡Dichosos los corazones llenos de este fuego!”

   Termino con la poesía del agustino español Fray Diego González (1733-1794) titulada:

 

VEN CREADOR, ESPÍRITU AMOROSO

Ven, Creador, Espíritu amoroso,
ven y visita el alma que a ti clama
y con tu soberana gracia inflama
los pechos que criaste poderoso.
Tú, que abogado fiel eres llamado,
del Altísimo don, perenne fuente
de vida eterna, caridad ferviente,
espiritual unción, fuego sagrado.
Tú te infundes al alma en siete dones,
fiel promesa del Padre soberano;
Tú eres el dedo de su diestra mano;
Tú nos dictas palabras y razones.
Ilustra con tu luz nuestros sentidos,
del corazón ahuyenta la tibieza,
haznos vencer la corporal flaqueza
con tu eterna virtud fortalecidos.
Por ti, nuestro enemigo desterrado,
gocemos de paz santa duradera,
y siendo nuestro guía en la carrera,
todo daño evitemos y pecado.

 
 

j.v.c.

 

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