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Décimo Domingo Del Tiempo Ordinario

10 de Junio de 2018

TEXTOS BIBLICOS PARA LA LITURGIA EUCARÍSTICA

La caída del primer hombre trajo la lucha y el mal que Cristo, con su muerte y su resurrección, venció. Creerlo, es ser de la familia de Jesús. Al ser consecuente con esta creencia, el apóstol vive una vida interior de alegría y esperanza.
 

ORACION

Oh Dios, fuente de todo bien escucha sin cesar nuestras súplicas y concédenos, inspirados por ti, pensar lo que es recto y cumplirlo con tu ayuda. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

 

PRIMERA LECTURA: Gen 3:9-15

El pecado de Adán nos ayuda a meditar sobre nuestros propios pecado. Pecar nos aleja de Dios y nos aleja de nuestros hermanos. Pecar destruye el plan de amor que Dios tiene para el mundo.

 

SALMO RESPONSORIAL: Sal 130:1-2, 3-4, 5-6

R/ DESDE EL ABISMO CLAMO A TI, SEÑOR

  1. Desde el abismo clamo a ti, Señor
    Escucha mi clamor,
    Que tus oídos pongan atención
    A mi voz suplicante. R/
     
  2. Señor, si no olvidas de las faltas
    ¿quién podrá subsistir?
    Mas el perdón se encuentra juan a ti;
    Por eso te veneran. R/
     
  3. Espero en el Señor,
    mi alma espera y confía en su palabra,
    mi alma aguarda al Señor
    mucho más que a la aurora el centinela. R/
     


SEGUNDA LECTURA: 2 Co 4:13-5:1

El apóstol San Pablo nos recuerda que aunque todo pase, el amor que Dios nos tiene no cambia. En este amor eterno e inconmovible reside nuestra fuerza para seguir luchando cada día y mirar la vida con esperanza.

 

Aclamación al Evangelio Jn 12:31-32

Aleluya, Aleluya. Ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera, dice el Señor; y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya. 

 

EVANGELIO SEGÚN MARCOS Mc 3:20-35

La palabra de Jesús es difícil de aceptar. Ser discípulo de Jesús es recibir su palabra con un corazón de niño y poner todo nuestro empeño en hacer su voluntad.


10 de junio: Decimo domingo del tiempo ordinario 
Tema: LA NUEVA FAMILIA DE JESÚS 


El Evangelio de este domingo nos presenta a la familia de parientes de Jesús que se van a buscarlo porque, como nos dice Marcos: “en aquel tiempo volvió Jesús a casa y se juntó tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales”...y al final de este Evangelio se nos dice:

 

Llegaron su madre y sus hermanos, y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada a su alrededor le dijo: mira, tu madre y tus hermanos están fuera, y te buscan. Les contestó: ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Y pasando la mirada por el corro, dijo: Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre”. 

  Jesús está haciendo una distinción entre dos familias: la vieja de sus parientes y la nueva de los que cumplen la voluntad de Dios. Por supuesto, María su Madre y la nuestra, pertenece a esta segunda familia. Porque María cumplió como “esclava del Señor” su voluntad toda su vida. Es un elogio velado de ella lo que hace Jesús. El Papa Pablo VI, que pronto será canonizado en Roma en el próximo octubre, dijo: “María antes que madre de Jesús porque le engendró en su cuerpo, es la primera discípula de Jesús porque antes ya lo tenía siempre en su corazón”. ¡Bonito elogio de María!

  San Agustín, en su tratado “Sobre la virginidad” c.5 dice:

 

La gloria y la felicidad de María, ser la Madre de Cristo, alcanzan a todos en estas palabras del Señor: Quien hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre. Indica así el parentesco espiritual que lo relaciona con el pueblo que rescató. Sus hermanos y sus hermanas son los varones y las mujeres santas que son coherederos con él de su herencia celestial”. 

  Termino con una poesía de 2003, que va por libre del guipuzcoano Hermano Marista nacido en 1929, y ahora misionero en Perú: Patxi Loidi, y que se titula:


HERMANAS Y HERMANOS

Toda mujer es mi hermana
y todo hombre es mi hermano.
Los más hermanos son los pobres.
Todos los seres humanos estamos entrelazados
y formamos un cuerpo.
Señor, estos principios cambiarían mi vida
si me los tomara en serio.
Y cambiarían el mundo
si unos cientos de miles de personas
se los tomaran en serio.
Me gustaría llevarlos a la práctica como Tú.
Tú si que fuiste hermano,
el más hermano a leguas de distancia,
el más compasivo y amoroso de los hermanos.
Te dejaste la piel por todas las personas,
especialmente por los pobres.
Acudían a Ti muchas gentes,
y no tenías tiempo ni para comer.
Pusiste tu yo en segundo plano,
y lo tuyo estaba siempre detrás,
y hasta puede decirse que ni siquiera existía.
Te vaciaste por completo.
Fue una vida de entrega total y absoluta.
Me das envidia, Señor.
Eres el hombre más solidario que ha existido.
Eres...el modelo de hombre y de mujer,
la solidaridad en persona,
la cima humana.
Quiero ser hermano, Señor, y proseguir tu causa.
Quiero amar mucho, construir mucho, hacer mucho,
por ese Reino de Dios que viniste a traer al mundo.
 

j.v.c.

 

 
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