Jesucristo Rey Del Universo

25 De Noviembre De 2018

TEXTOS BIBLICOS PARA LA LITURGIA EUCARÍSTICA

La fiesta de hoy cierra el año litúrgico. Nos invita a ver a Cristo como el centro de la vida y el Señor de la historia: poder que le ha sido concedido, sin fi, por el Padre; poder que no es como el poder de la tierra y de los poderosos; poder al que se canta gloria por los siglos.

ORACION

Oh Dios todopoderoso y eterno, que, resucitando a Cristo de entre los muertos, lo constituiste rey que gobierna con amor todas las cosas. Guía y dirige a quienes, respondiendo a tu llamada, nos hemos congregado en familia, y danos la fuerza para trabajar por la construcción de tu reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén


PRIMERA LECTURA: Dan 7:13-14

El texto del profeta Daniel nos recuerda que la última palabra en la historia no la tienen los poderosos ni los violentos sino Cristo. Todo pasará, pero el amor de Dios no pasará.


SALMO RESPONSORIAL: Sal 93:1-2, 3-4, 5

R/ EL SEÑOR REINA, VESTIDO DE MAJESTAD.

 

  1. Reina el Señor, vestido de grandeza,
    El Señor se revistió de poder,
    Lo ciñó a su cintura,
    El mundo está ahora firme e inamovible. R/
     
  2. Tu trono está erigido desde siempre,
    Pues tú eres, Señor, desde la eternidad. R/

     
  3. Nada hay más seguro que tus palabras,
    Tu casa es el lugar de la santidad,
    Oh Señor, día tras día y para siempre. R/


SEGUNDA LECTURA: Ap 1:5-8

El libro del Apocalipsis nos recuerda que la muerte y resurrección de Cristo nos transformó en un pueblo nuevo, en un pueblo que tiene a Cristo por Rey y de su mano hacia la resurrección.


Aclamación al Evangelio Mc 11:9, 10

Aleluya, Aleluya. Bendito el que viene en nombre del Señor, bendito el reino que viene de nuestro padre David. Aleluya.


EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN Jn 18:33-37

En medio de la pasión y el sufrimiento Jesús proclama su realeza Pidámosle al Señor que nos conceda vivir como él vivió y ser dignos servidores de su Reino.


25 de noviembre: JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO

TEMA: MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO 

El último domingo del año litúrgico los católicos celebramos la solemnidad de Cristo, Rey del Universo. Es una forma de decir que en Cristo este mundo llega a su plenitud. Este mundo y nuestra vida, claro. Así se ve en las lecturas. El hijo del hombre de la primera lectura, tomada del profeta Daniel, se identifica con Jesús resucitado, que ha vencido a la muerte y al que se le ha dado el dominio sobre todo el universo. Su reino no tendrá fin. La lectura del Apocalipsis da un mensaje parecido. Jesucristo nos ha liberado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y nos ha hecho sacerdotes de Dios, su padre. Le vemos venir en gloria. Es el principio y el final, el todopoderoso. Todas estas afirmaciones forman parte de nuestra fe. Creemos en Jesús, creemos que ha vencido a la muerte y ha entrado en la nueva vida que le ha ofrecido su Padre. Con él también nosotros hemos vencido a la muerte y con él entraremos en la nueva vida que el Padre nos regala. Ese Reino del que Jesús es el centro es el reino de todos, allá donde no habrá más lágrima ni llanto, donde ni la muerte ni el dolor tendrán ningún poder. 

Pero ese Reino no es de este mundo. Ése es el mensaje que nos comunica el Evangelio de Juan. Vemos a Jesús en un momento crucial de su vida. No está predicando tranquilamente a los discípulos por los caminos de Galilea. Tampoco está rodeado de una multitud que lo escucha con agrado. Ha sido detenido y está siendo juzgado por Pilato, el representante del imperio romano. Sabe que su fin más probable es ser ajusticiado. Parte del juicio es el interrogatorio del acusado. Pilato no está preocupado por los reinos celestiales. A él le preocupan los que pretenden ser reyes de este mundo y, por ello, representan una amenaza para el dominio romano. Por eso, le pregunta si cree que es el rey de los judíos. Es sólo una pregunta más del interrogatorio. Pero Jesús da una respuesta que Pilato no logra comprender: “Mi reino no es de este mundo”. 

Jesús afirma de sí mismo que es rey, pero de una forma diferente. Su reino no lleva a la dominación, a la opresión de los súbditos. Su reino es el reino de la verdad. Allá donde todos nos encontramos con nuestra verdad más íntima: que somos hijos de Dios-Padre que quiere nuestro bien, que los demás son nuestros hermanos y hermanas. Esa verdad se desvelará algún día. El día en que seamos capaces de reconocer en nuestros corazones esa profunda verdad, ese día, en ese momento, entraremos a formar parte del Reino de Jesús. Y él, testigo de la verdad, reinará en nuestros corazones, que es el verdadero lugar donde quiere reinar. El día en que todos le reconozcamos, se cumplirán definitivamente las profecías de las dos primeras lecturas. 

Poema a Cristo Rey


Sólo Tú Cristo Jesús
reinas en mi corazó
en momentos de alegría
también en los de dolor.

Aunque tengo otros amores
que me dan felicidad
son amores "menores"
cómo el tuyo, no hay igual.

Sabes sosegar mi alma
me das paz y gran consuelo
unida a Tí quiero estar
>mientras esté en éste suelo.

Tu presencia llena todo
me guías por el camino
vas conmigo codo a codo
Tú conduces mi destino.

Por eso Dios y Señor
Cristo Rey en éste día
pongo en Tí mi confianza
con ilusión y alegría.




Mª.F.B.J.