See other templates

 

Tercer Domingo de Adviento

16 De Diciembre De 2018

TEXTOS BIBLICOS PARA LA LITURGIA EUCARÍSTICA

La liturgia de este domingo apunta a los signos que demuestran una conversión auténtica: amor y justicia; además, alegría. El adviento, al creyente le trae júbilo y esperanza porque el Señor está cerca, más aún, está presente en medio de su pueblo.

ORACION

Oh Dios, fuente de la esperanza, que estás siempre a nuestro lado. Reunidos en torno a ti y a la espera de Cristo, haz de nosotros un solo corazón en la unidad de tu Espíritu, para que podamos seguir alabándote llenos de alegría. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén


PRIMERA LECTURA: Sof 3:14-17

Las palabras que el profeta Sofonías dirige a Israel se dirigen también a cada uno de nosotros: no tengan miedo, Dios los quiere y desea colmarlos de alegría y hacerles gustar la salvación.


SALMO RESPONSORIAL: Is 12:2,4,5,6

R/ GRITAD DE CONTENTO Y ALEGRIA, PORQUE GRANDE ES EN MEDIO DE TI EL SANTO DE ISRAEL.

  1. ¡Vean cómo es él, el Dios que me salva!
    En él confío y no tengo más miedo,
    Pues el Señor es mi fuerza y mi canción,
    Él ha sido mi salvación.
    Y ustedes sacarán agua con alegría
    De la vertientes de la salvación. R/
     
  2. ¡Denle las gracias al Señor,
    Vitoreen su Nombre!
    Publiquen entre los pueblos sus hazañas. R/
     
  3. ¡Canten al Señor, pues hizo maravillas
    Que ahora son famosas en toda la tierra!
    ¡Grita de contento y de alegría, oh Sión,
    Porque grande es, en medio de ti, el Santo de Israel. R/


SEGUNDA LECTURA: Flp 4:4-7

El apóstol San Pablo nos recuerda que quien cree en Dios debe estar siempre alegre. Quien tiene a Dios nada le falta.


Aclamación al Evangelio Is 61:1

Aleluya, Aleluya. El Espíritu del Señor está sobre mí, me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres. Aleluya.


EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS Lc 3:10-18

Juan prepara la venida de Jesús. ¿qué puedo y debo hacer yo para mejorar mi conducta y la situación de mi entorno? Juan Bautista propone dos caminos de acción: amor y justicia.


16 de diciembre: TERCER DOMINGO DE ADVIENTO
TEMA:¿Qué hacemos?


El tercer domingo de Adviento es conocido en la liturgia cristiana, como el domingo “gaudete”, que es lo mismo que el domingo de la alegría. La razón es sencilla, al llegar el tercer domingo, es evidente que la noticia del nacimiento de Dios se barrunta ya próxima y ante tal acontecimiento la alegría es el sentimiento más normal.


Las lecturas de hoy son un reflejo perfecto de todo esto: el profeta Sofonías nos ha dicho “grita de júbilo Jerusalén, alégrate y gózate de todo corazón Jerusalén”. San Pablo en la carta a los Filipenses nos dice “estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad alegres. El Señor está cerca, que vuestra mesura la conozca toda el mundo”. Son llamadas constantes a la manifestación de la alegría y de la satisfacción por la gran noticia que se acerca. Pero, qué importante es la mesura (como hemos escuchado en San Pablo) en los momentos de euforia, muy importante; porque la alegría debe ir siempre acompañada de ese punto de equilibrio que la realidad nos ofrece, si no lo hacemos así la desilusión, puede aparecer fácilmente.

Esa mesura nos la ofrece la lectura evangélica, lectura que puede ser considerada como un ejemplo perfecto, de como se debe recorrer el tiempo de Adviento, porque lo mismo que los contemporáneos de Juan le preguntaban: Ante eso que anuncias ¿qué es lo que tenemos que hacer?… y Juan a cada uno, según su clase, condición u ocupación, les iba diciendo la exigencias del nuevo mensaje. La alegría por el nacimiento de Jesús también nos debe hacer exclamar y preguntar a nosotros al qué va a nacer de nuevo ¿Qué es lo que tenemos que hacer? Y el Señor nos lo irá diciendo a cada uno de nosotros en el interior de nuestro corazón, si con sinceridad nos atrevemos a preguntárselo.

El Señor, como nos conoce, acertará en lo que nos pida a cada uno: a los que seamos un poco vanidosos, nos dirá que seamos un poco menos, que nos bajemos de nuestros pedestal y aprendamos de Él. A los que somos egoístas, nos dirá que compartamos nuestras cosas con los demás. A los que somos envidiosos, nos dirá que nos guste ser más como somos, y trabajemos con lo que tenemos. A los que tenemos apartado al Señor de nuestra vida, nos dirá que le hagamos un lugar un poco más grande en nuestro corazón. Y así a cada uno nos dirá algo, la única condición, como dijimos antes, es que yo me atreva a preguntarle. Una muy buena pregunta para este tiempo de Adviento es ésta: ¿Señor que tengo que hacer?

Juan aprovecha también la ocasión, para darnos una lección de humildad y de saber estar, el importante no es Él sino el que viene detrás y al que no puede ni desatarle las sandalias, Juan sabe que el protagonista está por venir y los anima a mantener la esperanza en su venida. En esta situación nos encontramos nosotros, expectantes ante la llegada de Jesús, nos seguimos preparando para recibirlo como se merece, aunque preparemos un año más el Belén en todas nuestras casas, preparamos sobre todo nuestro corazón, que lo dispongamos convenientemente para recibirlo con un espíritu y un corazón nuevo.
  

 

Para la reflexión

En este domingo de la alegría,
que la vivamos atreviéndonos a preguntar al Señor,
lo que Él quiere de cada uno de nosotros,
y sobre todo que estemos dispuestos a cumplir lo que nos pida. 

002175814

Te esperamos en el Centro Loyola

Actividades del Centro Loyola

Volver