Quinto Domingo De Cuaresma

7 de abril de 2019

TEXTOS BIBLICOS PARA LA LITURGIA EUCARÍSTICA

Dios siempre está dispuesto a dar al hombre un futuro nuevo, libre de esclavitudes. Al encontrarse cada uno con Cristo, se descubre la verdadera condición de debilidad, pero ante ese Cristo que salva, todo lo demás se considera insignificante.

 

ORACION.

Oh Dios, fuente del amor, tu perdonas al pecador, levantas al hombre caído y le das fuerza para emprender una vida nueva. Te pedimos que nosotros, sepamos darte gracias todos unidos y con un solo corazón. Amen


PRIMERA LECTURA: Is 43:16-21

El profeta recuerda a Israel las gracias recibidas de parte de Dios en el pasado e invita al pueblo a mira con esperanza el futuro.


SALMO RESPONSORIAL: Sal 126:1-2,-3, 4 y 6

R/ GRANDES COSAS HA HECHO EL SEÑOR POR NOSOTROS, Y ESTAMOS ALEGRES.

1. Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sion,
nos parecía estar soñando,
nuestra boca se llenaba de risa
y nuestra lengua de gritos de alegría. R/

2. Haz que vuelvan, Señor, nuestros cautivos
como riachuelos en tierras áridas.
Los que siembran entre lágrimas
Cosechan entre gritos de alegría. R/

3. Se van, se van llorando
Los que siembran la semilla,
Pero regresan cantando
Trayendo sus gavillas. R/


SEGUNDA LECTURA: Flp 3:8-14

San Pablo nos invita a no conformarnos con lo que hemos hecho hasta ahora y a seguir creciendo siempre en nuestra vida cristiana. Todos estamos llamados a ser santos como Dios es Santo.


ACLAMACION DEL EVANGELIO Jl 2:12-13

Aleluya, aleluya.
Buscad el bien y no el mal y viviréis, y así estará con vosotros el Señor.
Aleluya.

 

EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: Jn 8:1-11

Pidamos a Dios un corazón que se sepa perdonado y que sea capaz de perdonar a los demás.


7 De Abril: Quinto Domingo De Cuaresma.
Tema: “El Que Esté Sin Pecado, Que Tire La Primera Piedra”


Este último domingo de Cuaresma, ya que luego viene ya la “Semana Santa”, nos presenta en el evangelio de la “mujer adúltera” el perdón de Jesús frente a la hipocresía de los fariseos que se creían puros. Jesús, cuando le dicen que la ley de Moisés manda apedrear a la mujer adúltera, lo primero que hace es inclinarse hacia el suelo y con un palito escribir garabatos en la tierra. ¿Qué hace? Está haciendo una “pausa” para que los ánimos de los acusadores se sosieguen, y luego ante la insistencia de ellos, les lanza esa frase: “el que esté sin pecado, que tire la primera piedra” ...

Y cuando, uno detrás de otro los acusadores se marchan arrojando sus piedras de la mano a la tierra, y se quedan solos Jesús y la mujer pecadora, Jesús le dice a ella que tampoco él la condena, que vaya y no peque más. Lo que la mujer adúltera necesitaba no eran piedras, sino una mano amiga que la ayudara a levantarse. Nos lo dice también a nosotros en esta Cuaresma.

Las otras lecturas de este domingo van en el mismo sentido.

En la primera, el profeta Isaías dice en boca de Dios: “Mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando” ...

En la segunda, San Pablo en su carta a los Filipenses escribe: “Todo lo estimo pérdida comparado con Cristo” ... Frase que también podría decirla la mujer pecadora...

En la cultura japonesa es típica “la pausa”, pararse un momento antes de hacer algo, tocar una pieza de música al piano, al empezar una prédica o sermón, etc.

Y el Papa Francisco en su exhortación apostólica “Evangelii gaudium” nos dice: Ve, y en lo sucesivo no peques más

“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús, Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría...El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios...Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente...

Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque “nadie queda excluido de la alegría que trae el Señor”. al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Este es el momento de dcirle a Jesucristo: “Señor, me he dejado engañar, de mil maneras he escapado de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, una vez más entre tus brazos redentores”. ¡Nos hace tanto bien volver a Él cuando nos hemos perdido! Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia... Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría.”

Termino con un soneto del poeta Bartolomé Llorens, nacido en Catarroja (Valencia) y que allí murió en 1946, titulado:


Pecado Y Resurrección

¡Qué inmensa, negra, noche desolada,
sus tinieblas de espanto y de amargura,
su frío desamor, su sombra impura.
descendió sobre mi alma abandonada!
¡Qué triste corazón sin tu mirada,
sin tu luz, mi Señor, sin tu ventura!
¡Qué muerte sin tu amor! ¡Qué desventura
Sentir mi sequedad, mi amarga nada!
Es la Noche, es la Sombra, es el no verte,
Señor, en la ceguedad del pecado
la más amarga, cruel, trágica muerte...
Te tuve en mis entrañas sepultado
tanto tiempo, Señor, sin conocerte...
¡Mas nuevamente en mí has resucitado!
 

 

j.v.c.