Domingo De Pascua

21 de abril de 2019

TEXTOS BIBLICOS PARA LA LITURGIA EUCARÍSTICA

El cirio es un símbolo de Jesús vivo. Como nos ilumina, debemos de iluminar. Como nos enseña el camino, debemos de ser guía para los demás. Y en los momentos difíciles, es él el que nos hace comprender las Escrituras.

 

ORACION


Señor Dios que en este día nos has abierto las puertas de la vida por medio de tu Hijo, vencedor de la muerte, concede a los que celebramos la solemnidad de la resurrección de Jesucristo, ser renovados por tu Espíritu, para resucitar en el reino de la luz y de la muerte.

 

PRIMERA LECTURA: Hch 10:34, 37-40.

Jesús es consagrado como el Salvador del mundo, y los apóstoles se convierten en sus testigos. Este es el fundamento de la fe cristiana.

 

SALMO RESPONSORIAL: Sal 22:8-9, 17-18, 19-20, 23-24.

R/ ESTE ES EL DIA EN QUE ACTUÓ EL SEÑOR, SEA NUESTRA ALEGRÍA Y NUESTRO GOZO.

Den gracias al Señor que es bueno,
Pues su bondad perdura por siempre.
Que lo diga Israel:
¡su bondad es para siempre! R/

La diestra del Señor lo ha enaltecido,
la diestra del Señor hizo proezas.
No, no moriré, sino que viviré
Y contaré las obras del Señor. R/

La piedra rechazada por los maestros
Pasó a ser la piedra principal;
Ésta fue la obra del Señor,
No podían creerlo nuestros ojos. R/


SEGUNDA LECTURA: Col 3:1-4

El cristiano no puede conformarse con los valores puramente terrenos, sino que debe orientar toda su vida hacia Cristo. El Señor resucitado es nuestra guía y el fin hacia el que nos encaminamos.

SECUENCIA

Ofrezcan los cristianos
Ofrendas de alabanza
A gloria de la víctima
Propicia de la pascua.

Cordero sin pecado
Que a las ovejas salva
A Dios y a los culpables
Unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
En singular batalla
Y, muerto el que es la Vida, Triunfante se levanta.

¿Qué has visto de camino,
¿María, en la mañana?
-A mi Señor glorioso,
La tumba abandonada,
Los ángeles testigos,
Sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
Mi amor y mi esperanza.

Venid a Galilea
Allí el Señor aguarda;
Allí veréis los suyos
La gloria de la Pascua.

Primicia de los muertos,
Sabemos por tu gracia
Que estás resucitado;
La muerte en ti no manda.
Rey vencedor apiádate
De la miseria humana
Y da a tus fieles parte
En tu victoria santa.

 

ACLAMACION DEL EVANGELIO 1 Co 5:7-8.

Aleluya, aleluya.
Ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así, pues, celebremos la Pascua. Aleluya.


EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS: Jn 20:1-9.

La tumba vacía es uno de los símbolos más hermosos de la resurrección. Que Jesús haya resucitado significa precisamente que la muerte ha sido vencida y junto con ella han sido vencidos todos los enemigos de la vida verdadera.

 

21 De Abril: Domingo De Ramos De La Pasión Del Señor

Tema: “Correr Hacia Jesús Resucitado”

 

Llegamos por fin a la Pascua de la Resurrección de Jesús, después de las cinco semanas de Cuaresma. Quizás hayamos ofrecido durante este largo camino cuaresmal a Jesús algo especial: no comer postre, no beber nada de licor, etc. Si así lo hemos hecho nos sentiremos contentos de haber guardado la promesa a Jesús, en penitencia de nuestros pecados de toda la vida pasada. Y luego, siguiendo a S. Ignacio de Loyola en sus “Ejercicios Espirituales”, podemos pensar los devotos a la Virgen María, su Madre y Madre nuestra, que fue a ella a quien primero se apareció. Dice S. Ignacio en el número 299 de sus “Ejercicios” que “la Biblia no dice nada de esto, porque supone que tenemos entendimiento equivalente a sentido común”...quiere decir que si como dice S. Pablo al principio de su primera carta a los Corintios capítulo 15, que Jesucristo resucitado se apareció a Pedro, a los Doce, a Santiago, a más de 500 hermanos y a mí el postrero, añadimos luego “a excepción de su Madre santísima”, somos necios o nos falta el sentido común. Esto me gusta a mi explicarlo en japonés diciendo que como dice S. Mateo en el capítulo 28 versículo 9, que cuando Jesús resucitado salió al paso de las mujeres que volvían del sepulcro que encontraron vacío, y las saludó diciendo: “Alegraos” (“ojayo!” en japonés), que en la Biblia traducida al japonés quiere decir: “Buenos días”, a mí me gusta pensar que también en japonés, cuando se apareció a María su Madre, si la saludara en japonés le diría: “tadaima” (que significa “ahorita he vuelto a casa”) y que ella le contestaría: “okaeri nasai” (“bien vuelto”)...

En fin, lo importante hoy es que “corramos hacia Jesucristo resucitado”, como lo hicieron María la Magdalena a dar la noticia a los temerosos apóstoles de que el sepulcro estaba vacío, y como Pedro y Juan corriendo también hacia allí para comprobarlo. Y entrando en el sepulcro, vieron y creyeron, por lo menos Juan el discípulo amado. Sí, hoy debemos correr hacia Jesucristo resucitado con más fe, con más amor, con más gozo y animados a servir al Señor en nuestros hermanos y hermanas, pues él lo dijo: “lo que hicisteis a uno de estos hermanos míos los más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mateo 25, 40).


El beato abad Guerrico de Igny (1070-1157), discípulo de S. Bernardo de la Orden del Cister, dice en un sermón para este día:


“Hoy, hermanos, ¿cuál es el testimonio de la alegría que colma vuestro corazón por el amor de Cristo? Si alguna vez habéis experimentado el amor a Jesús, vivo o muerto, resucitado: hoy cuando los mensajeros proclaman su resurrección en la Iglesia, vuestro corazón exulta y exclama: “Me han traído esta buena noticia: Jesús, mi Dios, vive. Al oír estas palabras, mi corazón, que estaba hundido en la pena y en el desaliento, languideciendo de tibieza y cobardía, ha recobrado ánimo”. Hoy, la suave música de este gozoso mensaje reanima a los pecadores que estaban hundidos en la muerte. Sin este mensaje no habría más salida que desesperar y enterrar en el olvido a aquellos que Jesús, al salir de los infiernos, habría dejado en el abismo.

Comprobarás que tu espíritu ha recobrado la vida en Cristo si dices: “Si Jesús vive, esto me basta. Si Él vive, yo vivo en Él, mi vida depende de Él. Él es mi vida, Él es mi todo. ¿Qué me puede faltar si Jesús vive? Mejor aún: que todo lo demás me falte; no me importa si sé que Jesús vive”.

Termino con un soneto del poeta actual argentino Juan Polo Laso, titulado:


DOMINGO DE PASCUA

Y vencida la muerte, se levanta
como flecha lanzada, sin espera,
rosa bermeja, espiga, enredadera -
que a la cima del Padre se adelanta.
Tanta voz, tanto sol, frescura tanta,
la tierra queda oliendo a primavera,
mientras Él se dispersa en la hoguera
de gozo y luz, que su victoria canta.
Y aquí entre roca y cielo - ¡cuánta altura! -
la sangre ya salvada goza altiva
y la palma se alegra alborotada.
La mañana se aliena en su blancura,
el alma se enardece, flor cautiva,
y el viento corre fresco en la enramada. 

 

j.v.c.