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El Espíritu Y La Esposa

 

Iglesia San Ignacio

 

El Espíritu Santo Guía Al Pueblo De Dios Al Encuentro Con Jesús, Nuestra Esperanza. 

 

1. El Espíritu De Dios Se Cernía Sobre Las Aguas

 

Hermanos y hermanas, el Espíritu Santo, que en el principio transformó el caos en cosmos, está trabajando para llevar a cabo esta transformación en cada persona. A través del profeta Ezequiel, Dios promete: «Les daré un corazón nuevo; pondré un Espíritu nuevo dentro de ustedes... Pondré mi Espíritu dentro de ustedes» (Ez 36:26-27). Porque nuestro corazón se parece a aquel abismo desierto y oscuro de los primeros versículos del Génesis. En él se agitan sentimientos y deseos opuestos: los de la carne y los del espíritu. Todos somos, en cierto sentido, ese «reino donde hay luchas internas» del que habla Jesús en el Evangelio (cf. Mc 3,24). Podemos decir que a nuestro alrededor existe un caos externo, un caos social, un caos político: pensemos en las guerras, pensemos en los muchos niños que no tienen nada que comer, en las muchas injusticias sociales: este es el caos exterior. Pero también existe un caos interno, dentro de cada uno de nosotros. ¡El primero no puede curarse si no empezamos a curar el segundo!

 

Hermanos y hermanas, hagamos un buen trabajo para que nuestra confusión interior se transforme en una claridad del Espíritu Santo: es el poder de Dios el que lo hace, y nosotros le abrimos nuestros corazones para que Él pueda hacerlo.

 

Que esta reflexión suscite el deseo de que venga a nosotros el Espíritu Creador. Desde hace más de un milenio, la Iglesia pone en nuestros labios el grito para pedirlo: «Veni creator Spiritus», ¡Ven, oh Espíritu Creador! Visita nuestras mentes. Llena de gracia celestial los corazones que has creado». Pidamos al Espíritu Santo que venga a nosotros y nos haga personas nuevas, con la novedad del Espíritu. Gracias.