28 De Septiembre De 2025
Este Domingo, como el anterior, se centra en la reflexión sobre las riquezas. Amós denuncia a los ricos que ponen su confianza en sus riquezas, y se jactan de la vida que llevan. El evangelio subraya el mensaje del profeta: no se puede ser amigo de Dios en la eternidad si ahora se deja morir al hermano en la miseria. Pablo nos invita a aprovechar esta vida para practicar la justicia, la fe y el amor y así conquistar la vida eterna.
ORACION COLECTA
Oh Dios, rico en amor y ternura, que oyes el grito del que sufre y respondes a las quejas del pobre. Dirige tu palabra de salvación a quienes nos hemos reunido en tu presencia, y haz que mediante la luz de tu palabra se ilumine el mundo en que vivimos. Por nuestro
Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA: Amos 6:1, 4-7
Una sociedad "desarrollada" corre el peligro de dormirse en sus riquezas y despreocuparse de los que sufren o tienen menos. Amós intentó despertar la sociedad de su tiempo con un lenguaje duro y sin concesiones.
SALMO RESPONSORIAL: Sal 146:6-7, 8-9
R/ ALABA, ALMA MÍA, AL SEÑOR.
1. Él mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
proporciona su pan a los hambrientos.
El Señor deja libres a los presos. R/
2. El Señor da la vista a los ciegos,
el Señor endereza a los encorvados,
el Señor ama a los justos,
el Señor da protección al forastero. R/
3. Reanima al huérfano y a la viuda,
mas desvía el camino de los malvados.
El Señor reina para siempre,
tu Dios, Sión, de generación en generación. R/
SEGUNDA LECTURA: 1 Tm 6:11-16
San Pablo nos enseña las reglas fundamentales para distinguir al verdadero creyente del falso. Y es que la fe no es solamente la aceptación pasiva de un credo religioso, sino un combate difícil y encarnecido. Creer no es cómodo. Creer es comprometerse y esto nos conduce necesariamente a la cruz.
ALELUYA: 2 Co 8:9
Aleluya, aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza.
Aleluya.
EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS: Lc 16:19-31
La riqueza produce ceguera. El egoísta es incapaz de ver el dolor ajeno y es incapaz de ver que está arruinando su propia vida viviéndola sin amor.