See other templates

 

Vegésimosexto Domingo Del Tiempo Ordinario

 

1 De Octubre De 2023

 

Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti. La vida de cada uno es la que lo lleva a la ruina o a la salvación. No son suficientes las palabras, el historial; son necesarias las obras. Cristo nos enseña el camino de la verdadera liberación; caminar por él es seguir a Jesús personal y colectivamente.

 

 

ORACION COLECTA

Oh Dios, que guías a todos hacia el bien y conoces el corazón del hombre, sostennos con tu ayuda en el camino de la fe para que sepamos vivir siempre con el corazón orientado hacia ti. Por Jesucristo nuestro Señor.

PRIMERA LECTURA; Ez 18:25-28

Tenemos que esforzarnos para dejar de mirar las cosas con los criterios del mundo y comenzar a velas con los criterios de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL
R/ RECUERDA, SEÑOR, QUE TU MISERCORDIA ES ETERNA



Haz, Señor, que conozca tus caminos
Muéstrame tus sendas.
Instrúyeme, tú que eres mi Dios y mi Salvador.
Te estuve esperando todo el día.

Acuérdate que has sido compasivo
Y generoso desde toda la eternidad.
No recuerdes las faltas
Ni los extravíos de mi juventud,
Pero acuérdate de mí según tu amor.

El Señor es bueno y recto
Por eso muestra el camino a los que han pecado,
Dirige los pasos de los humildes,
Y muestra a los sencillos el camino.


SEGUNDA LECTURA: Flp 2, 1-11

Así como Jesús se rebajó a sí mismo para salvarnos a todos, del mismo modo nosotros debemos dejar de lado nuestros derechos y nuestro orgullo, hacernos pequeños y adaptarnos a los demás para poder ayudarlos.


ALELUYA

Aleluya, aleluya.
Mis ovejas oyen mi voz, dice el Señor, yo las conozco y ellas me siguen.
Aleluya, aleluya.


EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: Mt 21:28-32

Jesús sabe mirar a los hombres con ojos distintos a como los mira la sociedad. No se fija en las apariencias sino en el corazón.

 

 

 

 

 


Fui A Enseñar Y Me Enseñaron

 

Me la enseñó mi amigo: era una carta de avión, con remite y sellos de un país extranjero. La había recibido mi amigo de su amigo, y me la enseñaba con ilusión. Los dos queríamos ser misioneros, y era carta de un compañero que aspiraba a lo mismo... Comencé a leerla, y llegué a un párrafo que releí de nuevo. Más o menos recuerdo que decía así: "...El verano pasado fui a una misión en plena montaña. Lo pasé allí, enseñando a leer, a escribir, a sumar y restar, y también el catecismo. El último día recibí una gran lección del niño más pobre de la misión. Todos los días me pedía algo para comer, pero yo nunca se lo di. El último día sí, saqué una caja de galletas que me había sobrado y se la di entera. El llamó a los demás chiquillos de la escuela y la repartió entre todos. Lo que yo creí que había ido a enseñarles, me lo enseñaron a mí en el último día: compartir..."

 

 


 

 
002180885

Te esperamos en el Centro Loyola

Actividades del Centro Loyola

Volver