See other templates

 

Segundo Domingo De Adviento

 

10 De Diciembre De 2023

 

La voz del Señor se deja oír tras el destierro llamando al retorno a la patria. Pedro nos dice que, sin impaciencias, pero con seguridad, también nos llegará la “tierra nueva”. Y el Bautista, voz que grita en el desierto, nos da la “Buena Nueva” de que el Señor está cerca y pide que preparemos su camino.
 


 

ORACION COLECTA

Padre bueno, concédenos poder preparar el camino del Señor y enderezar las sendas de nuestras vidas. Permítenos ser tierra buena, por la que pueda caminar a sus anchas tu Hijo amado. Danos un corazón que escuche tu Palabra para poder convertirnos. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

PRIMERA LECTURA: Is 40, 1-5, 9-11

La salvación de Dios está siempre a la puerta de nuestras vidas. Las palabras del profeta Isaías son una invitación a abrir el corazón al Señor y dejarnos conducir por Él a la tierra prometida.


SALMO RESPONSORIAL
R/ MUÉSTRANOS, SEÑOR, TU MISERICORDIA Y DANOS TU SALVCION

Quiero escuchar lo que dice el Señor.
Pues Dios habla de paz a su pueblo y a sus servidores.
Cerca está su salvación de los que le temen
Y habitará su Gloria en nuestra tierra.

La Gracia y la Verdad se han encontrado,
La Justicia y la Paz se han encontrado,
De la tierra está brotando la verdad,
Y del cielo se asoma la justicia.

El Señor mismo dará la felicidad,
Y dará sus frutos nuestra tierra.
La rectitud andará delante de él,
La paz irá siguiendo sus pisadas.


SEGUNDA LECTURA: 2P 3,8-14

Es inútil preocuparse por el futuro. Sólo Dios sabe cuándo y cómo va a acabar la historia humana. Solo una cosa es segura y eso nos basta: el Señor nunca nos dejará de su mano, el Señor ha de cumplir su promesa y regalarnos un cielo nuevo y una tierra nueva.


ALELUYA

Aleluya, aleluya.
Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. Todos los hombres verán la salvación de Dios.
Aleluya, aleluya.


EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS: Mc 1, 1-8

Al igual que san Juan Bautista nosotros también vivimos ara dar testimonio de Jesús, el salvador de todos los hombres. Nuestra misión y responsabilidad como cristianos es conducir a la gente que nos rodea a encontrarse con el Señor.

 

La Pasión Por La Evangelización: El Zelo Apostólico Del Creyente.

San Carlos De Foucauld, Corazón Palpitante De Caridad En La Vida Oculta.


Carlos sí, hasta el punto que pasa de la atracción por Jesús a la imitación de Jesús. Aconsejado por su confesor, va a Tierra Santa para visitar los lugares en los que el Señor ha vivido y para caminar donde el Maestro ha caminado. En particular es en Nazaret que comprende que tiene que formarse en la escuela de Cristo. Vive una relación intensa con el Señor, pasa largas horas leyendo los Evangelios y se siente su hermano pequeño. Y conociendo a Jesús, nace en él el deseo de darlo a conocer. Siempre sucede así: cuando cada uno de nosotros conoce más a Jesús, nace el deseo de darlo a conocer, de compartir este tesoro. Al comentar el pasaje de la visita de la Virgen a santa Isabel, le hace decir: «Me he donado al mundo… llevadme al mundo». Sí, pero ¿cómo? Como María en el misterio de la Visitación: «en silencio, con el ejemplo, con la vida» [2]. Con la vida, porque «toda nuestra existencia – escribe el hermano Carlos – debe gritar el Evangelio» [3]. Y muchas veces nuestra existencia grita mundanidad, grita muchas cosas estúpidas, cosas extrañas y él dice: “No, toda nuestra existencia debe gritar el Evangelio”.

Entonces decide establecerse en regiones lejanas para gritar el Evangelio en el silencio, viviendo en el espíritu de Nazaret, en pobreza y en lo escondido. Va al desierto del Sahara, entre los no cristianos, y allí llega como amigo y hermano, llevando la mansedumbre de Jesús- Eucaristía. Carlos deja que sea Jesús quien actúe silenciosamente, convencido de que la “vida eucarística” evangeliza. De hecho, cree que es Cristo el primer evangelizador. Así está en oración a los pies de Jesús, delante del tabernáculo, durante unas diez horas al día, seguro de que la fuerza evangelizadora está ahí y sintiendo que es Jesús quien le lleva cerca de tantos hermanos alejados. Y nosotros, me pregunto, ¿creemos en la fuerza de la Eucaristía? Nuestro ir hacia los otros, nuestro servicio, ¿encuentra ahí, en la adoración, su inicio y su cumplimiento?

Estoy convencido de que nosotros hemos perdido el sentido de la adoración; debemos retomarlo, empezando por nosotros los consagrados, los obispos, los sacerdotes, las monjas y todos los consagrados. “Perder” tiempo delante del tabernáculo, retomar el sentido de la adoración.

 

 

 

(Audiencia General 18 de octubre de 2023)

 

 

002181351

Te esperamos en el Centro Loyola

Actividades del Centro Loyola

Volver