El 5 de julio se celebrará la fiesta de la Independencia de Venezuela. Aseguro mi oración por esta querida nación y expreso mi cercanía a las familias que han perdido a sus hijos en las manifestaciones. Hago un llamamiento para que se ponga fin a la violencia y se encuentre una solución pacífica y democrática a la crisis. ¡Qué Nuestra Señora de Coromoto interceda por Venezuela! Y todos nosotros rezamos a Nuestra Señora de Coromoto por Venezuela.

El párrafo anterior es el llamado más sincero que brota del corazón del Santo Padre ante la actual crisis venezolana; y es, en cierta forma, un llamamiento a nuestra consciencia para que evaluemos si realmente tenemos presente en nuestras oraciones a estos hermanos nuestros que sufren a causa de la violencia.

La solidaridad humana, no consiste únicamente en ayuda material, aunque si es parte de ella; es sobre todo apoyo spiritual, unir nuestro corazón al corazón del hermano que sufre, pedirle al Señor que se encargue, Él mismo, de llevar el consuelo y la paz que nosotros queremos dar, porque “par Dios nada es imposible”.

Cada uno desde el silencio de nuestro hogar unámonos en oración y pidamos por la paz de Venezuela. Pero también hagámoslo todos juntos, como comunidad el día 23 de julio, a las 3 de la tarde, participando de la Hora Santa que tendremos en el Capilla Santa María, es una oportunidad de ser solidario con nuestros hermanos.

h.i.s.