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Quinto Domingo De Pascua

 

28 De Abril De 2024

 

Condición necesaria para que las ramas den fruto es que permanezcan unidas al tronco. El que observa los mandamientos, principalmente los relacionados con la fe y el amor fraterno, está unido a Cristo; y Pablo, con el testimonio de su fe, es un ejemplo de vinculación a la Vid, Cristo.

 

ORACION COLECTA

Oh Dios, fuente de la vida, tú nunca abandonas a quien cree en ti, sino que siempre lo guías y sostienes. Haz que los que hoy nos reunimos como cuerpo de Cristo, formemos un solo corazón y profundicemos más estos lazos de unidad y de amor. Por nuestro Señor Jesucristo


PRIMERA LECTURA: Hch 9,26-31

El apóstol Pablo es modelo de todos aquellos que siguen fielmente la palabra de Dios. Al igual que Jesús da testimonio de la verdad, al igual que Jesús es perseguido y al igual que Jesús va transformando este mundo en un mundo mas parecido al Reino de los Cielos.


SALMO RESPONSORIAL
R/ EL SEÑOR ES MI ALABANZA EN LA GRAN ASAMBLEA


Para ti mi alabanza en la asamblea,
Mis votos cumpliré ante su vista.
Los pobres comerán hasta saciarse,
Alabarán a Dios los que lo buscan,
¡vivan sus corazones para siempre!

De Dios se acordará toda la tierra
Y a él se volverá;
Todos los pueblos, razas y naciones
Ante él se postrarán.

Lo servirán mis hijos,
Hablarán del Señor a los que vengan,
Al pueblo futuro: Que es justo, les dirán.
Tal es su obra.


SEGUNDA LECTURA: 1 Jn 3,18-24

Creer en Dios es creer en un Padre capaz de perdonar nuestras faltas y amarnos a pesar de nuestros defectos. Y es amar a los demás con un amor parecido al que Dios tiene por nosotros.

 

ALELUYA

Aleluya, aleluya.
Permaneced en mí y yo en vosotros, dice el Señor; el que permanece en mí da fruto abundante.
Aleluya, aleluya.


EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: Jn 15,1-8

Nadie puede hacer el bien ni amar a los demás si no permanece unido a la fuente del bien y del amor. Meditemos la lectura del evangelio y pidamos al Señor que nos ayude a permanecer unidos a Él.

 

DONANDO SANGRE

Me lo contaron. Una niña padecía una extraña enfermedad. La única forma de salvarla era una transfusión de sangre de su hermano de cinco años, quien había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatir esa enfermedad. El doctor explicó la situación y le preguntó al niño si estaría dispuesto a dar su sangre a su hermana. Dudó por un momento, pero dijo suspirando: "Sí, lo haré si esto salva a mi hermanita."


Durante la transfusión él estaba acostado en una cama al lado de la de su hermana. El color volvía a las mejillas de la niña. De repente el niño miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa: "¿A qué hora empezaré a morirme?" Había pensado que al darle la sangre a su hermana el moría. Y aun así se la daba.

 

 

 
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