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Lo Extraordinario En Lo Ordinario

Se puede poner poco corazón en las tareas pequeñas, poner mucho corazón en las grandes, o también cumplir las tareas grandes sin entusiasmo alguno. También es posible realizar las tareas pequeñas con mucho corazón. Esta última forma es la que has de elegir. Es fácil ser fiel en las cosas grandes. Es más difícil serlo en las pequeñas. Sin embargo, esta es la fidelidad que Jesús ha recomendado.

 

A los ojos del mundo la Virgen sólo tuvo ocupaciones ordinarias: estuvo cerca de la cuna; ayudó a Isabel; fue en peregrinación a Jerusalén; enterró a San José; sufrió humillaciones junto a la cruz.

Pero a los ojos de la fe es una vida fuera de lo común, porque hizo todo por amor a Jesús.

Cuando el alma es noble, la ocupación más ordinaria puede llegar a ser sublime; quien, en nombre del Señor dé un vaso de agua tendrá su recompensa en los cielos.

Si quieres ser santo, realiza tú también cosas pequeñas, aunque te parezcan sin sentido. Pero consagrales todo tu amor.

Si buscas grandes realizaciones alejándote de las pequeñas, equivocas el camino: ya no vas por el camino de la esperanza.

“Los que me habéis sido fieles en lo pequeño entrareis en el gozo de vuestro maestro”, nos ha prometido el Señor.

El Señor multiplicó los panes y alimentó a cinco mil personas con cinco panes y dos peces. El Señor, aunque es todopoderoso, recurre a tu buena voluntad.

En el camino del “don de sí mismo” nada es mediocre: el menor gesto realizado a favor de los demás es un paso más hacia el amor, al mismo tiempo que una etapa en el desarrollo de tu ser.

Aunque seas mártir y “entregues tu cuerpo a las llamas”, aunque seas apóstol y “enseñes en todas las lenguas de los hombres y de los ángeles”, aunque te consagres a las obras de beneficencia “distribuyendo todos tus bienes”, “si te falta caridad, no eres nada”. Lo que haces no es importante; ¡lo que importa es la manera como lo haces!.

Hay dos maneras de vivir el momento presente: siguiendo tu propia voluntad o cumpliendo la del Señor.

 

(Del libro Mil y un pasos en el camino de la esperanza del Cardenal Van Thuan) 

 

 

 

 

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