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No A Las Colonizaciones Ideológicas

Ayer comenzó el relato de esta persecución cultural» explicó Francisco haciendo referencia a los pasajes bíblicos propuestos por la liturgia. «Algunos —continuó— viendo el poder y también la belleza magnífica de Antíoco Epífanes, también la cultura que venía de esa parte, dijeron: “Vayamos y hagamos alianza con las naciones que nos rodean, somos modernos, estos tienen una modernidad más grande, estos están realmente “al día”; nosotros vamos con nuestras tradiciones, que no sirven para nada».

 

A este respecto el Pontífice quiso repetir precisamente las palabras de la Escritura: «Este razonamiento pareció bueno a sus ojos y, por lo tanto, algunos del pueblo tomaron la iniciativa, fueron al rey que les dio la facultad de introducir las instituciones paganas de las naciones». Y así, añadió Francisco, no pidieron «introducir las ideas o introducir los dioses, no: las instituciones, es decir, este pueblo que había nacido, que había crecido en torno a la ley del Señor, en el amor del Señor, a través de sus dirigentes, introduce nuevas instituciones, nueva cultura que hacen limpieza de todo, de todo: cultura, religión, ley, todo. Todo es nuevo».

«La “modernidad” es una verdadera colonización cultural, una verdadera colonización ideológica» relanzó el Papa. Y «así quiere imponer al pueblo de Israel esta costumbre única, todo se hace así, no hay libertad para estas cosas». Pero «algunos aceptaron porque parecía buena la cosa: “No, pero es cierto, ¡tenemos que ser como los otros!”». Y «esta gente que llegaba a las nuevas instituciones —afirmó Francisco— expulsa esto, corta las tradiciones y el pueblo comienza a vivir de un modo diverso».

He aquí que precisamente «para defender la historia, para defender la fidelidad del pueblo, para defender las tradiciones, las verdaderas tradiciones, las buenas tradiciones del pueblo, se crean resistencias, algunas resistencias». La primera lectura de hoy, explicó el Pontífice, nos dice que «Eleazar no quiere: era un hombre digno, muy respetado y él no quiere hacerlo». Y como él «muchos otros, en el libro de los Macabeos se cuenta la historia de estos mártires, de estos héroes». «Así avanza siempre —prosiguió— una persecución nacida de una colonización cultural, de una colonización ideológica, que destruye, hace todo igual, no es capaz de tolerar las diferencias». En particular, afirmó Francisco, «hay una palabra clave en la lectura de ayer extraída del primer libro de los Macabeos —cuando comienza este relato: “En aquellos días salió una raíz perversa”» y «eso es Antíoco Epífanes». Por lo tanto, insistió el Papa, «se corta la raíz del pueblo de Israel y entra esta raíz, calificada como perversa porque hará nacer en el pueblo de Dios estas actitudes nuevas, paganas, mundanas y lo hará crecer con el poder, con el dominio». Y «este es el camino de las colonizaciones culturales que terminan por perseguir también a los creyentes». Continuará…

 

 

(Homilía 21 de noviembre de 2017)

 

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