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Déjate Amar por Jesús

Dejarse conquistar por Cristo. Yo busco a Jesús, yo sirvo a Jesús porque Él me ha buscado primero, porque he sido conquistado por Él: y esto es el corazón de nuestra experiencia. Pero Él está primero, siempre. En español hay una palabra que es muy gráfica, que lo explica muy bien: Él nos "primerea". Está primero siempre. Cuando nosotros llegamos, Él ha llegado y nos espera.

 

Todos conocemos la parábola de Jesús que habla de un sembrador que salió a sembrar en un campo; algunas simientes cayeron al borde del camino, entre piedras o en medio de espinas, y no llegaron a desarrollarse; pero otras cayeron en tierra buena y dieron mucho fruto (cf. Mt 13,1-9). Jesús mismo explicó el significado de la parábola: La simiente es la Palabra de Dios sembrada en nuestro corazón (cf. Mt 13,18-23). Hoy, todos los días, pero hoy de manera especial, Jesús siembra. Cuando aceptamos la palabra de Dios; entonces somos el campo de la fe. Por favor, dejen que Cristo y su palabra entren en su vida. Dejen entrar la simiente de la palabra de Dios, dejen que germine, dejen que crezca. Dios hace todo, pero ustedes déjenlo hacer, dejen que Él trabaje en ese crecimiento.

 

¿Qué clase de terreno somos, que clase de terreno queremos ser? Quizás a veces somos como el camino: escuchamos al Señor, pero no cambia nada en la vida, porque nos dejamos atontar por tantos reclamos superficiales que escuchamos. Yo les pregunto, pero no contesten ahora, cada uno contesta en su corazón. ¿Yo soy un joven, una joven atontado? ¿O somos como el terreno pedregoso: acogemos a Jesús con entusiasmo, pero somos inconstantes ante las dificultades, no tenemos el valor de ir contracorriente? Cada uno contestamos en nuestro corazón ¿tengo valor o soy cobarde? ¿O somos como el terreno espinoso: las cosas, las pasiones negativas sofocan en nosotros las palabras del Señor? (cf. Mt 13,18-22). ¿Tengo en mi corazón la costumbre de jugar a dos puntas y quedar bien con Dios y quedar bien con el diablo? ¿Quieres recibir la semilla de Jesús y a la vez regar las espinas y los yuyos que nacen en mi corazón? Cada uno en silencio se contesta.

 

¿Nos dejamos escribir la vida, nuestra vida, por Dios o queremos escribirla nosotros? Y esto nos habla acerca de la docilidad: ¿somos dóciles a la Palabra de Dios? '¡Sí, yo quiero ser dócil!'. Pero tú, ¿tienes la capacidad de escucharla, de oírla? ¿Tienes la capacidad de encontrar la Palabra de Dios en la historia de cada día, o tus ideas son las que te rigen, y no dejas que la irrupción del Señor te hable?".

 

Recopilación de textos del Papa Francisco 

 

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